miércoles, 25 de junio de 2014

Del vetiver y otras soluciones

Podemos hablar de determinantes de la salud hasta decir basta, de lo que el ASIS o las fichas familiares nos aportan o discutir las ventajas y desventajas de la metodología IAP. Pero lo que esta comunidad necesita es sostener los terrenos de la quebrada y de eso, el grupo no sabía nada. Sin embargo, no tenemos que ser expertos en el tema porque podemos encontrarlos. 
Así fue como fuimos a dar con don Álvaro. Este experto en recursos naturales será uno de los principales asesores en la puesta en marcha del proyecto. Tras una reunión con él, ya se visualizan pasos a seguir para llegar a una solución. Entiéndase solución no como erradicación del problema, sino como el abordaje a una necesidad. Entonces, ¿qué hay que hacer? 

"Para evitar el lavado de terreno siga los siguientes sencillos:
  1. Medir el terreno
  2. Impermeabilizar el terreno
  3. Sembrar vetiver
Y listo."

Sabemos que realmente no es así, cada uno de esos pasos conlleva un gran trabajo, por parte de los miembros de la comunidad, de quien nos asesore, de la municipalidad, de todos nosotros verdaderamente. También requiere recursos, tiempo, compromiso y por sobretodo continuidad, ya que no es sembrar por sembrar, hay que dar un cuidado constante del terreno.

Según don Álvaro, sembrar vetiver (una planta que gracias a sus amplias raíces ayuda a sostener el terreno) en forma de terrazas (una técnica de plantación) es la mejor medida a seguir en estos casos. Solo esto hace que las acciones a tomar suenen bastante complicadas y con toda razón. Pero esta es una de las soluciones que se deben poner en práctica, la necesidad de esta comunidad no termina en sostener el terreno, también se debe lograr una unión en la comunidad, se deben arreglar los conflictos con la municipalidad, se debe impulsar un trato ecológico a la quebrada y con todo esto se puede inspirar otras comunidades para continuar el proyecto desde su propia realidad.

Así que no, no es sembrar vetiver y listo. Hay que poner manos a la obra, tanto en la tierra como en lo demás.

jueves, 19 de junio de 2014

Dimensionando el diagnóstico

En toda investigación el primer paso es definir los objetivos, fácil decirlo pero muy difícil hacerlo. Dependen de lo que se quiera saber, de lo que se pretenda hacer, de con quién se va a trabajar y cómo se va a lograr todo eso. La tarea era entonces reconocer lo que verdaderamente era importante y necesario conocer para trabajar con esta comunidad, no solo los problemas que estaban enfrentando sino también las fortalezas que ayudarán a sacar el proyecto adelante.

Dividimos el trabajo en las áreas de salud más importantes para esta comunidad: las dimensiones. Biológica, ambiental y conciencia y conducta son los términos utilizados para cada una, pero en palabras sencillas tratamos de averiguar de qué se enferman, que prácticas saludables los protegen, qué contamina la quebrada, cómo está el terreno de la quebrada y qué hacen los miembros de la comunidad frente a todo esto. 

A pesar de que encontrar las respuestas a estas preguntas y más es realmente complejo, el resultado de este diagnóstico demuestra que es posible. De seguro encontraremos más información en el proceso, datos que ayudarán a enriquecer lo que ya sabemos o a incorporar nuevas perspectivas, sin embargo, me atrevo a decir que ya tenemos el antecedente para empezar a actuar. Después de todo, el proyecto no termina al cumplir los objetivos del diagnóstico, hay una meta mayor y recién vamos comenzando el camino.

jueves, 12 de junio de 2014

Comienza el proyecto

El grupo de estudiantes de Tibás se reúne para hacer la primer visita en comunidad. A simple vista se aprecia un buen residencial, casas en buen estado, cuatro espacios de recreación, mascotas, etc. Sin embargo, por detrás de las casas pasa la quebrada Rivera, llevando agua contaminada, basura y el terreno de los vecinos de La Gacela. Después de reuniones, conversaciones, visitas e incluso bajar a la quebrada hasta donde el uniforme lo permitió, vimos el reto que enfrenta la urbanización. 
No solo nos topamos con un problema de contaminación, sino con una población vulnerable. Se acerca la temporada de lluvias y esto empeora el lavado del terreno, los vecinos temen que tarde o temprano la situación se vaya de sus manos y eventualmente pierdan sus casas. El factor ambiental afecta la salud de estas personas, se encuentran expuestas a los riesgos a contraer enfermedades por vivir en las cercanías de un cuerpo de agua contaminado, la posibilidad de perder su casa causa estrés y disminuye su bienestar y los 10 años luchando contra el sistema de gobierno no han dado frutos. 
Es claro cuál es la necesidad principal, que se deben dejar los conflictos legales de lado para pasar a la acción, ya la comunidad nos conoce y la gestora ambiental de la municipalidad cuenta con nuestro apoyo... Es evidente el deber de abordar la comunidad desde la promoción de la salud.
Entonces, un grupo de estudiantes de tan solo segundo año asumimos el proyecto, la camisa de once varas como lo llama el profesor tutor, no con la expectativa de que lograremos solucionar la situación, sino con la concepción de que algo se debe hacer y que ese algo puede comenzar hoy.