El grupo de estudiantes de Tibás se reúne para hacer la primer visita en comunidad. A simple vista se aprecia un buen residencial, casas en buen estado, cuatro espacios de recreación, mascotas, etc. Sin embargo, por detrás de las casas pasa la quebrada Rivera, llevando agua contaminada, basura y el terreno de los vecinos de La Gacela. Después de reuniones, conversaciones, visitas e incluso bajar a la quebrada hasta donde el uniforme lo permitió, vimos el reto que enfrenta la urbanización.
No solo nos topamos con un problema de contaminación, sino con una población vulnerable. Se acerca la temporada de lluvias y esto empeora el lavado del terreno, los vecinos temen que tarde o temprano la situación se vaya de sus manos y eventualmente pierdan sus casas. El factor ambiental afecta la salud de estas personas, se encuentran expuestas a los riesgos a contraer enfermedades por vivir en las cercanías de un cuerpo de agua contaminado, la posibilidad de perder su casa causa estrés y disminuye su bienestar y los 10 años luchando contra el sistema de gobierno no han dado frutos.
Es claro cuál es la necesidad principal, que se deben dejar los conflictos legales de lado para pasar a la acción, ya la comunidad nos conoce y la gestora ambiental de la municipalidad cuenta con nuestro apoyo... Es evidente el deber de abordar la comunidad desde la promoción de la salud.
Entonces, un grupo de estudiantes de tan solo segundo año asumimos el proyecto, la camisa de once varas como lo llama el profesor tutor, no con la expectativa de que lograremos solucionar la situación, sino con la concepción de que algo se debe hacer y que ese algo puede comenzar hoy.
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