jueves, 19 de junio de 2014

Dimensionando el diagnóstico

En toda investigación el primer paso es definir los objetivos, fácil decirlo pero muy difícil hacerlo. Dependen de lo que se quiera saber, de lo que se pretenda hacer, de con quién se va a trabajar y cómo se va a lograr todo eso. La tarea era entonces reconocer lo que verdaderamente era importante y necesario conocer para trabajar con esta comunidad, no solo los problemas que estaban enfrentando sino también las fortalezas que ayudarán a sacar el proyecto adelante.

Dividimos el trabajo en las áreas de salud más importantes para esta comunidad: las dimensiones. Biológica, ambiental y conciencia y conducta son los términos utilizados para cada una, pero en palabras sencillas tratamos de averiguar de qué se enferman, que prácticas saludables los protegen, qué contamina la quebrada, cómo está el terreno de la quebrada y qué hacen los miembros de la comunidad frente a todo esto. 

A pesar de que encontrar las respuestas a estas preguntas y más es realmente complejo, el resultado de este diagnóstico demuestra que es posible. De seguro encontraremos más información en el proceso, datos que ayudarán a enriquecer lo que ya sabemos o a incorporar nuevas perspectivas, sin embargo, me atrevo a decir que ya tenemos el antecedente para empezar a actuar. Después de todo, el proyecto no termina al cumplir los objetivos del diagnóstico, hay una meta mayor y recién vamos comenzando el camino.

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